Tratar de aprender sobre el pasado distante a menudo es difícil. Los restos de humanos antiguos a veces pueden parecer desconcertantes, y tratar de determinar cómo terminaron en lugares extraños o por qué tienen objetos tan extraños en sus tumbas puede volver locos a los arqueólogos. Pero cuando un caso confuso de repente comienza a tener sentido, arroja luz sobre una pequeña parte de la historia humana que de otro modo se perdería en el tiempo.
Tal descubrimiento se describe en un nuevo artículo publicado en Journal of Archaeological Science: Reports. Examina la muerte de un hombre que vivía en lo que ahora es la Prefectura de Okayama en el sur de Japón hace 3000 años. También es el caso más antiguo conocido de nuestra especie que tuvo un encuentro con tiburones.
Vamos a necesitar un barco más grande
Un mapa multiángulo de las lesiones y la integridad del esqueleto. Los puntos rojos son marcas de mordeduras, los naranjas son estrías superpuestas y los morados son líneas de fractura. Blanco et al.
Los restos de la desafortunada persona, conocida como individuo 24, fueron encontrados como parte de una excavación más grande de los restos de antiguos cazadores-recolectores en el sitio del cementerio Tsukumo Shell-mound. Los restos óseos están incompletos y una inspección minuciosa revela no menos de 790 heridas profundas en los huesos. No muestran signos de haber sanado, pero parecen haber sido infligidos antes de la muerte.
Los investigadores estaban inicialmente desconcertados por esto. Después de descartar una serie de posibilidades, incluido que el hombre fue atacado con armas contemporáneas o por un animal terrestre, llegaron a la idea de que fue atacado por un tiburón. Dada la zona, probablemente era un tiburón tigre o un tiburón blanco.
La ubicación probable de la mordedura inicial, el patrón de las marcas de la mordedura y la naturaleza dentada de las heridas respaldan la hipótesis del ataque de tiburón. Su mano izquierda perdida también es consistente con un ataque de tiburón, y los autores especulan que se la quitaron mientras intentaba defenderse. Los investigadores postulan que el hombre estaba vivo cuando fue atacado y murió rápidamente por la pérdida de sangre y el shock. Sus restos sugieren que su cuerpo fue recuperado rápidamente por sus compatriotas y fue enterrado de la manera típica del período Jōmon.
Usando técnicas actualizadas, los investigadores también pudieron fechar con mayor precisión los restos en algún momento entre 1370 y 1010 a. Esto convertiría al individuo 24 en miembro de una comunidad de pescadores-cazadores-recolectores, lo que probablemente explicaría por qué estaba en el agua en primer lugar.
¿Cambia esto nuestra comprensión de la historia?
En un comunicado de prensa, el coautor del estudio, el Dr. Mark Hudson puso los hallazgos en el contexto de nuestra comprensión del antiguo Japón y la arqueología en general:
“El pueblo neolítico de Jomon Japón explotó una variedad de recursos marinos… No está claro si Tsukumo 24 estaba apuntando deliberadamente a los tiburones o si el tiburón fue atraído por la sangre o el cebo de otros peces. De cualquier manera, este hallazgo no solo brinda una nueva perspectiva sobre el antiguo Japón, sino que también es un raro ejemplo de cómo los arqueólogos pueden reconstruir un episodio dramático en la vida de una comunidad prehistórica”.