Los ingleses brillaron en un Real Madrid gris. Brahim mostró calidad y a Joselu se le vio dispuesto pero fuera de lugar.
Real Madrid y Milan pisaron el césped del Rose Bowl y la mayoría de los ojos estaban puestos en Jude Bellingham. El jugador ya viste de blanco (aunque debutó de azul marino y morado). Sus primeros minutos no defraudaron, aportando lo que la directiva seguro vio que podía aportar. Presencia, recorrido, coraje para pedirlo en cualquier situación… Tanto es así que se coronó como el mejor de un Madrid más obstinado que acertado en la primera parte.
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Espalda recta y pisada firme. Ni la hora ni el lugar (70.814 personas viendo en directo el debut) ni los 103 millones de su precio (que le acompañará durante toda la temporada) le apabullaron. “Es tan bueno” (“Es muy bueno”), se escuchaba en el palco de prensa cada vez que arrancaba con el balón controlado. Ancelotti lo había utilizado como comodín en los últimos entrenamientos, señal sine qua non de que era su primer día en el cargo. De sus pies nacieron algunas de las ocasiones más claras del Madrid, dejando varios detalles de crack. La más impresionante, una carrera de pura clase en torno al minuto 21, tirando literalmente al suelo a varios rivales, que acabó en un tiro tras un muro con Brahim.
Precisamente con el malagueño y con Valverde se llevaba de maravilla. Difícil marcar una zona de influencia. En esa posición de falso nueve que le ha dado Ancelotti se siente muy cómodo, recibiendo cerca de Kroos para ayudar a crear, cayendo por banda, intercambiando posiciones y, en su especialidad, saliendo desde el centro del campo a pura potencia. Terminó el partido con una ovación y dejando su puesto a Nico Paz.
Junto a él, un emocionante redebut de Brahim Díaz. Va a sumar muchos minutos si es capaz de dar este nivel con regularidad. Su electricidad y facilidad para su combinación sirvieron como una de las pocas armas para desbancar al Milan. Eso sí, le costó más cuando recibió fuera. Los espacios reducidos benefician su estilo de juego, y lo demostró con varias acciones antes de irse al descanso de Rodrygo. Uno de ellos estuvo a punto de convertirse en el primer gol de las blancas, con una asistencia que Joselu falló por centímetros.
El ex del Espanyol no se veía tan cómodo. Partió desde la banda, lejos de su zona natural. Sorprendió con un par de detalles de calidad en sus primeras apariciones pero fue desvaneciéndose con el paso de los minutos. Eso sí, su esfuerzo en la presión y desmarque es innegable, siendo el futbolista blanco que más lo intentó, apareciendo desde la segunda línea. También fue sustituido tras el primer acto, en su caso por Vinicius.