En 1972, se encontró un grupo de tres hermanas con sus tres hijas y sus hijos en el campamento abandonado Qilɑkitsoq, ubicado en la península de Nuussuɑq cerca de Uummɑnnɑq, en Groenlandia.
Los cazadores de urogallos Hɑns y Jokum Gronvold descubrieron este grupo en una cueva poco profunda que se encontraba bajo un afloramiento rocoso. Debido a la excelente conservación de las momias, los hombres informaron su hallazgo a la policía.
Se cree que un niño de seis meses fue enterrado vivo con las cejas y el cabello aún intactos. La familia de ocho fue encontrada por cazadores en 1972 en el encierro abandonado de Qilɑkitsoq, Groenlandia.
Imágenes increíbles muestran a las momias con la piel, el cabello, las cejas y las uñas intactas y envueltas en pieles de animales para prepararlas para la caza en el más allá.
Los arqueólogos creen que la familia murió alrededor de 1475 d. C. y que el proceso de momificación accidental resultó de las temperaturas heladas, según The Sun.
Seis mujeres con tatuajes en la frente y la barbilla fueron ubicadas en un asentamiento a 280 millas al norte del Círculo Polar Ártico en la costa oeste de Groenlandia.
Y según la tradición inuit, si la madre moría, sus hijos debían ser enterrados junto a ella, incluso si todavía estaban vivos, para asegurar el paso tranquilo de la familia al más allá.
Los cazadores descubrieron los cadáveres apilados con capas de carne y piel entre cada uno.
El bebé, envuelto en una capucha de piel con el pelo castaño oscuro asomando, protagoniza un inquietante primer plano.
En aquel entonces, no era infrecuente que los bebés fueran enterrados vivos después de que su madre falleciera, como medida para evitar que sufrieran una muerte dolorosa por inanición.
Se creía que todas las mujeres habían muerto por causas naturales, como cálculos renales, estreñimiento y problemas de salud. Se estimaba que las tres hermanas tenían alrededor de 50 años, mientras que sus tres hijas tenían entre 18 y 30 años.
Los investigadores también llegaron a la conclusión de que el niño de cuatro años padecía síndrome de Down, una condición que, según las costumbres de la época, llevaba a enterrar vivos a los niños que la presentaban.
El proceso de momificación fue posible gracias a las 78 prendas de vestir encontradas, entre las que se incluían pieles de foca y reno.
En la actualidad, cuatro de los inuit encontrados se exhiben en el Museo Nacional de Groenlandia, ubicado en Nuuk.